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Manuelly Rodríguez

EL DIA DEL DEPORTE ECUATORIANO

La voz ronca y quebradiza del locutor, nos anunciaba algo emotivo. La Bandera “tricolor” elevándose en lo mas alto del asta al ritmo del Himno Nacional, nos advertía de un momento histórico. Los pasos finales, el rostro sufrido y esforzado, el rompimiento de la cinta de meta, la caída de fatiga del campeón todo apuntaba a vivir el momento mas grande en el deporte ecuatoriano.

¿El protagonista? Jefferson Pérez y es que un día como el 26 de julio, pero de 1996, Pérez obtuvo la primera y única medalla olímpica para Ecuador, y como si fuera poco, la de oro. La hazaña del cuencano, la más grande en el deporte Nacional, marco que el 26 de julio se celebre el día Nacional del Deporte Ecuatoriano.

Pero retornemos entonces por un momento, 12 años atrás. Estamos en 1996, en la cuidad da Atlanta en Estados Unidos un joven cuencano de 22 años se alistaba para participar en la competencia de 20 Km. marcha Pérez cuando nadie lo esperaba, ganó la carrera con un tiempo de 1 hora 20 minutos y 7 segundos, le saco nueve segundos de ventaja a su inmediato seguidor, el ruso Ilsa Markou, y 16 al tercero, el mexicano Bernardo Segura.

Entonces a partir del 26 de julio de 1996, Pérez se convirtió en el máximo orgullo del deporte Nacional pero el cuencano, con la medalla de oro olímpica reluciente en el pecho, solo nos preparaba para más alegría, pues en Agosto 5 del 2003 en Santo Domingo Republica Dominicana Jefferson Pérez se corona como Campeón Panamericano.

Ese mismo año y ese mismo mes el día 23, Jefferson Pérez disputaba en Paris, el campeonato Mundial de Atletismo, en marcha. En otra demostración de grandeza, el medallista olímpico se convirtió en el primer campeón Mundial de Atletismo del Ecuador.

Es por esto que este día 26 de julio es el día del deporte ecuatoriano, en honor a un deportista luchador, que persevero hasta conseguir sus objetivos y es una gran enseñanza de valor y admiración. El deportista de todos los tiempos Jefferson Pérez.

                                                                                                                                                                   

Por: Manuelli Rodríguez Palma.

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